viernes, 15 de junio de 2007

La espalda de la Catedral de San Marcos

Cayetano González, que antes de nada, fue un artista de los grandes, también era bastante cofrade. Estudio arquitectura y viendo que la construcción no era lo suyo, se metió en tu taller a fabricar piropos para María en forma de orfebrería, como la corona de algo más de 6 Kg. para María Stma. de la Amargura, el boceto para el paso del Stmo. Cristo de las Tres Caídas o el bellísimo paso que hiciera en la década de los 50 para María Stma. de la Concepción.


Y para hacer este arca, este bello paso que la lleva entre el silencio de los nazarenos, se inspiró en la veneciana Catedral de San Marcos. Como si de Brunelleschi, Vermendo Resta o Alberti se tratase dibujando en el horizonte el encargo del Papa Julio II para el Vaticano, Cayetano González nos deja para el recuerdo este bello tesoro de plata con la majestuosidad de que no es más que silla gestatoria llevada por sediarii hasta la puerta de la gloria.
Y solo puede ser admirado ese palio, que curiosamente recorta el viento con bambalinas de metal, por la cola. Una cola que se encienda y se apaga en la mitad de la noche. Es el remate bellísimo de una intensa fila de nazarenos que rasgan el cielo con sus capirotes. Es una Madre para sus mil hijos que la acompañan. Es un palio para una reina que ya descansa.
Aquí al lado, el podría a ver sido el paso del Stmo. Cristo de las Tres Caídas, sin el misterio de Castillo Lastrucci...una pena, hubiera ganado mucho.

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