dulce madre de amor
hija del Creador
y esperanza mía.
No llores María,
madre del Salvador
Virgen digna de veneración
y causa de mi alegría.
-¿Cómo evitar el llanto
que de mis ojos brota
en esta hora nona
donde se oye el quebranto?
Ya me lo dijo Simeón,
que por amor padecería
la más dura tropelía
y sería traspada de dolor.
-Se derraman lágrimas de tus ojos,
en amor perlas cultivadas
por la mujer más inmaculada
se convierte el dolor por antojo
en la calidez más esperada,
y la luna aguarda apagada
la hora de tu retorno.
-Lágrimas no me quedan,
las velas lloran por mí
que cantando la pena
alumbran este sinvivir,
de esta pobre madre
que a su Hijo llora.