miércoles, 1 de agosto de 2007

Cristo de Nervión

¿Qué pasará, Señor, cuando tu mirada
clavada en mis ojos no vea?
¿Estarás a mí lado, Dios mío, aunque sea
en la noches de voces callada?

Señor que ya no mueres
en la exaltación de la Cruz,
que caminas triunfante por Nervión
repartiendo de tus llagas la Luz
que ha de aliviar este dolor.

Sigues siendo Varón de Dolores
que aguardas solitario en tu morada,
en aquel retablo de amores
y a los pies, María de San Juan acompañada
ambos musitan oraciones
para calmar la sed desconsolada
pues tus penas son amores
de dulce noche estrellada,
de Viernes de fervores
de mañana inmaculada
en un miércoles de peticiones
donde ya no se mueve ni la Giralda
contemplando sensaciones
de estaciones abandonadas
en los Viernes de Dolores
donde salía Cristo sin su rosa destemplada,
bella flor de candores
y estrellas adornada.

¿Qué pasará, Señor, cuando tu mirada
clavada en mis ojos no vea?
¿Estarás a mí lado, Dios mío, aunque sea
en la noches de voces callada?

Cuando ya no te vea
en la gloria de Nervión estaré,
junto a Dios que se recrea
con la más bella flor de Nazaret
por nombre Consolación, ‘Mater mea’
junto a su Hijo, el Cristo de la Sed.

1 comentario:

el aguaó dijo...

Amigo mío, he leído todo lo que tenía atrasado y que hasta hoy no había podido contemplar, todos esos retales que creas con dulzura y pasión y los regalas a Sevilla, y no me queda otra que darte la enhorabuena. Magnifico una vez más.

Un fuerte abrazo desde Isla amigo mío.