lunes, 20 de agosto de 2007

In memoriam

Belleza ensimismada
de Dios que se recrea
en la tez desconsolada.
Bendita por siempre seas
clamorosa Virgen Inmaculada
que en palio azul noche paseas.

Versos de plata tallara
mi pluma sobre el incienso
y en otra cosa no pienso
cuando miro el dolor de tu cara.
Flores de marfil cortara
del ramo celestial preparado
con nardos y azahares nacarados
esperando llegar a tu morada.

Con más tristezas y desamores
eres la Virgen que más llora,
la que oye más clamores
de sus hijos que la adoran,
la llaman Virgen de los Dolores
a esta reina redentora.

Posiblemente, esto que sea canto de serafines, Rafa los esté contemplando mientras los querubines bailan como seises a los pies de la Madre de Dios. Junto a él, se sientan los ilustres, nazarenos de Sevilla, que a orgullo vistieron en algún tiempo la túnica de alguna cofradía de esta Mariana Ciudad.

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