domingo, 23 de septiembre de 2007

Habitación 305

Habitación 305. Residencia con nombre de Virgen, curiosamente, advocada en el Inmaculado Corazón de María, Fátima. No sé si habrá alguna lágrima todavía que derramar, solo queda un hueco para la sonrisa. La de tus niños que con tiritas de Spiderman quieren curarte el dolor.
Esta vez no eres tú el que corre, es el tiempo el que te ata a la cama y que durante mucho tiempo te tendrá agarrado. Menos mal que todo ha sido un susto, pudo ser peor. Un día estabas con nosotros a la mesa, resacoso y con la sonrisa fácil de siempre. Poco tiempo después, tu alma se había precipitado al vacío.
Todo ha sido un susto. De todos modos, nos sigues demostrando lo grande que eres. Dijo Cristo que aquel que quisiera seguirlo cogiera su Cruz y se fuera tras Él. Después de este parón en tu maratoniana vida, al abrir lo ojos, dicen, que lo primero por lo que preguntaste fue por tus hijos, pues no hay cosa más grande que tengas.
Siempre agarrado a tu Cruz, a tu palermo, a tus botines que te evaden en la continua carrera de la vida. Esta vez, sí que estás haciendo carrera de fondo y creo que nosotros no servimos ni para ir a tu lado corriendo.
Por eso Dios siempre se lleva a los mejores, porque son los únicos que pueden ayudarle a cargar con su Cruz, la de todos nosotros. Desde la habitación 305 está un buen hombre que más que rezar nosotros por él, parece que lo hace él por nosotros...

1 comentario:

el aguaó dijo...

Espero que pase pronto amigo y se mejore la cosa. Tienes todo mi apoyo.

Un caluroso y fortísimo abrazo.